En una era caracterizada por un rápido avance tecnológico, la industria de la música es uno de los próximos sectores preparados para sufrir una disrupción transformadora, con la capacidad del software de generar canciones que son cada vez más indistinguibles de las creadas por humanos. El anuncio de la colaboración de YouTube con Universal Music Group (UMG) para establecer una incubadora de inteligencia artificial musical significa un paso innovador hacia la explotación de esta tecnología para remodelar el panorama de la industria musical.
Cuando los músicos y las máquinas tocan juntos
YouTube está colaborando con algunos de los músicos, compositores y productores más creativos del sector, incluida la compositora y productora Anitta; el compositor y productor Björn Ulvaeus; el músico, compositor y productor Don Was; el músico colombiano Juanes; el productor Louis Bell; el compositor Max Richter; el compositor y productor Rodney Jerkins; la cantautora Rosanne Cash; el compositor y productor Ryan Tedder de OneRepublic; el rapero, músico, empresario y filántropo Yo Gotti; y el patrimonio de Frank Sinatra.
Al reunir la experiencia de un importante sello musical y artistas, la asociación espera acelerar el desarrollo de herramientas de composición impulsadas por inteligencia artificial, técnicas de producción musical mejoradas y una experiencia musical más inmersiva. Sin embargo, es importante considerar el impacto potencial sobre los artistas, los derechos de autor y el control creativo.
Consideraciones éticas en la música generativa: ¿quién posee las melodías generadas por IA?
Esta pregunta plantea muchos desafíos. El problema con la música con IA generativa es que cualquiera puede utilizar el trabajo de los artistas para entrenar modelos de IA y luego reutilizarlos para generar contenido nuevo sin la autorización o el pago adecuados, un problema que estamos presenciando en todas las industrias creativas. Por ejemplo, cuando una canción de AI que replicaba la voz de Drake y The Weeknd se hizo popular, UMG sacó la canción de Apple y Spotify Music. En este tipo de casos, los artistas deberían ser compensados por contribuir a decisiones creativas y nuevos contenidos. Sin embargo, determinar una compensación justa en estos escenarios es complejo. El objetivo debería ser reconocer el valor de la creatividad humana a la hora de dar forma a la música generada por IA y garantizar que los artistas sean recompensados adecuadamente por su participación.
YouTube afirma que ha realizado enormes inversiones a lo largo de los años en sistemas que ayudan a equilibrar los intereses de los titulares de derechos de autor con los de la comunidad creativa en su plataforma. Planea escalar esos sistemas para evitar que la IA generativa sea explotada para actividades ilegales como la violación de derechos de autor, la difusión de datos engañosos y el spam. Además, pretende identificar este tipo de información mediante herramientas de inteligencia artificial.
¿Qué depara el futuro?
Para proteger a los espectadores y artistas, YouTube anunció que aumentaría su inversión en tecnología basada en inteligencia artificial y mejoraría su herramienta de control de derechos de autor, Content ID. Esta asociación marca un momento crucial en la evolución de la industria musical. La participación de los fans ha alcanzado nuevos niveles gracias a las herramientas de creación de comunidades que van más allá de los límites geográficos y están superando los límites de lo que es creativamente posible en la industria de la música.
Fuente de Veredicto.co.uk
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